Taller Huerto ECOSUR
El pasado 17 de febrero tuvimos nuestro primer taller del año del Aula-Huerto Comunitario Ecosur. Tuvimos un invitado, Attilio que desde Guatemala llegó a compartirnos sus saberes en alimentación desde una perspectiva de soberanía y resistencia.
Al taller llegaron casi 30 personas ansiosas de escuchar al compañero pero sobre todo por entrar a la cocina y empezar a crear deliciosos platillos. Todos y todas contribuyeron con diversos alimentos que el tallerista había solicitado previamente. Todos productos de la tierra, ninguno de origen animal.
Después de una ronda de presentarnos y compartir nuestras expectativas del taller, Attilio nos guio por una lluvia de ideas sobre qué era para nosotros soberanía alimentaria y el por qué creemos que estamos sujetos a un mercado en relación a la alimentación.
Se escucharon las voces de muchos. Una compañera comentó que no vivimos una soberanía alimentaria porque efectivamente dependemos del sistema para alimentarnos, no tenemos una relación con la tierra y no cultivamos nuestros propios alimentos. Se escuchó también que muchos gustos y necesidades alimentarias que tenemos se han impuesto por el mercado, por las empresas y su publicidad.
Seguida a la reflexión, nos acercamos a las mesas donde estaban distribuidos todos los alimentos que los y las participantes llevaron. Comenzamos a observar y nuestro facilitador nos preguntó qué era lo que más había, nos dimos cuenta que casi todos los alimentos eran vegetales y sólo unas cuántas semillas y cereales. Comenzó una dinámica en la que empezamos a “clasificar” los alimentos por alguna característica o criterios similares que veíamos entre unos y otros. Attilio comenzó poniendo un ejemplo: “¿cuáles alimentos son mejor en términos nutritivos o algo más?”. Tomó dos tipos de zanahorias sobre la mesa y pudimos darnos cuenta cuáles eran producidas agroecológicamente y cuáles venían del supermercado.
Fuimos analizando los diferentes alimentos primero desde características físicas, lo que se podía aprovechar de ellos sí sólo el fruto o también la hoja, hasta que llegamos a hablar de los nutrimentos que nos aportan.
¡Llegó el momento de ponernos creativos en la cocina! Attilio nos recomendó organizarnos por equipos para que todos y todas pudiéramos cocinar. Muchos participantes comenzaron a manifestar sus inquietudes sobre qué cocinar, no estamos acostumbrados a cocinar sólo con vegetales pero nuestro facilitador nos dijo: “el secreto está en saber usar las especias.” Dio algunos consejos de cómo combinar algunos alimentos y nos dijo que fuéramos atrevidos que no tuviéramos miedo de crear.
Comenzamos a cocinar y el Frijolón se llenó de aromas, unos comenzaron a picar verduras, otros estuvieron en el comalón asando vegetales y a calentando las tortillas. Los cuatro quemadores de la estufa se ocuparon con diferentes guisos de verduras y hasta ¡un pipian de pepita se preparó! No faltó el arroz con brócoli y un toque diferente con una salsita de cacahuate, eso sí las diversas ensaladas fueron las protagonistas.
Después de poco más de una hora estar cocinando el momento más rico del día llegó. Pusimos todos los platillos sobre una mesa para observar lo que habíamos cocinado. Hubo una gran diversidad de platos y muchos estaban sorprendidos la cantidad de cosas que podíamos cocinar sin utilizar alimentos de origen animal ¡Los coloridos platillos nos llenaron la vista y comenzamos a comer!
Mientras degustábamos las creaciones culinarias, Attilio agradeció la participación de todos y todas y dio por concluido el taller ¡gracias a nuestro compañero y aquienes llegaron a compartir esta cocina del corazón!
¡Hasta el próximo taller!